(01/52) Miedo Fantasma

Edna Montes
2 min readJan 9, 2023
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Cuenta la leyenda familiar que mi bisabuelo se murió porque se le gangrenó una pierna. El doctor tenía que amputársela para que sobreviviera y él se negó. Dijo que quería morirse de una sola pieza, no a partes. Seguramente le daba más miedo no poder valerse por sí mismo que pasar a otro plano. Quizá, ser un convencido espiritista le hizo más sencilla la decisión.

Me pregunto si hay partes de nuestra consciencia que, cuando se amputan, dejan una especie de fantasma a su paso también. Pedazos nuestros que se mueren con pendientes y se quedan a embrujarnos. Si nuestra mente/consciencia/alma/lo-que-sea es donde habitamos y, por ende, nuestro hogar, no sería de sorprender que mientras envejece y es testigo de desgracias se vaya volviendo una casa embrujada también.

Esas ideas me rondan la cabeza arrastrando cadenas porque 2022 fue un año terrible para mí. No solo eso: violento y abusivo. Uno al que volveré la vista en el futuro, aliviada de que nada así se repita (espero). Me enfrentó a mis peores miedos y, aunque estoy segura que debería sentirme afortunada de estar bien ahora, me siento muy desorientada.

Mi tobillo sanó bien y estoy volviendo al ejercicio a buen ritmo. Ya no me aterra la idea de accidentarme viviendo sola. Lo sobreviví y me recordó que estoy acompañada de cientos de maneras; tengo una red de apoyo fuerte y amorosa que me contuvo.

Ahora lo que tengo es un miedo fantasma: el espíritu del terror atenuado que me hizo dejar de usar, supersticiosamente, los tenis que llevaba puestos cuando me accidenté. No he vuelto a bajar las escaleras de prisa. A veces, me noto temblar cuando subo a un banco para limpiar los entrepaños altos del clóset o para cambiar un foco. Me siento algo perdida si no tengo un sitio en el cual apoyarme, por si acaso, me falla el equilibrio (aunque no sucede). Hay un sustito fantasma que necesito exorcizarme del alma; aunque a la mejor eso significa encontrar nuevos terrores, más grandes pero menos insidiosos.

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Edna Montes

Escritora, periodista, friki irredenta, adorkable y eterna aprendiz de sommelier con una pluma tan filosa como su espada. Accidente esperando a suceder.