[10/52] Infeliz aniversario

Edna Montes
3 min readMar 16, 2021

--

Photo by Renáta-Adrienn on Unsplash

En el puente de marzo de 2020, recibí un mensaje de la oficina: el martes teníamos ir por nuestras cosas para empezar a trabajar desde casa. Pensé de inmediato en el par de semanas de 2009 cuando todos los que pudimos nos encerramos para evitar el contagio de H1N1, la terrible influenza humana. Siempre me ha gustado trabajar desde casa, aunque en los meses más calurosos de Guadalajara el aire acondicionado de la oficina es mi bien más preciado. No estaba preparada para cumplir un año así, nadie lo estaba en realidad.

Los puentes, desde que se uniformaron para celebrarse en lunes, se volvieron una especie de indicador de mi año:

  • El de febrero, un previo a mi cumpleaños.
  • El de marzo, cerca del cumpleaños de una de mis mejores amigas.
  • El de septiembre, para tratar de pasarlo en CDMX con mi papá.
  • El de noviembre, cuando otro de mis mejores amigos y yo nos lanzamos a Guanajuato.

Son una de mis formas de marcar el tiempo, diferenciar un año del otro y tener referencias para aprovechar mejor el desorden general de mi memoria: sé que el festival del globo de León de X año fue horrible porque mi mejor amigo no pudo ir y me acompañó el exnovio-abusador-horrendo (que mis amigos apodaron «Chernobyl»). Que en 2015 interrumpí el viaje del puente para regresar corriendo a un funeral. Que en el 2010 no hubo puente porque era mi primer año en la redacción, pero que vimos la pirotecnia muy de cerca y me sentí afortunada de empezar a construir mi vida en otra ciudad.

El año pasado todavía se siente como un largo manchón en mi memoria. En parte porque tengo el privilegio de poder quedarme en casa y porque mi asma y mis alergias me obligan a ser extra cuidadosa. Eso se traduce en que todos mis marcadores se esfumaron. Mi taller de los miércoles ya es por videollamada, las grabaciones del Podcast también, no he puesto en pie en mi amada CDMX para ver a los amigos y la familia; ni asistido a conciertos o al cine. Comprendo que el contagio (o la falta de él) es 50% cuidado y 50% suerte. Pero el tiempo se me ha vuelto un borrón incuantificable sólo estratificado por las noticias de pérdidas en diferentes grados de cercanía.

A veces, los escritores creemos que vivir acontecimientos históricos es algo maravilloso. Este no es el caso. Creo que necesitaremos algo de tiempo para procesar la pandemia y poder ficcionarla. Tomar distancia antes de regresar a ella, a lo que significó para nosotros. Las vacunas ya están aquí y eso, para mí es como ver la luz al final del túnel. Todavía hay que cuidarnos y ser pacientes, pero al menos la salida ya se siente cerca. ¿Cómo va a ser el mundo que construyamos después de la Pandemia? No lo sé, pero hay un mundo esperándome: amigos, familia, experiencias y eso es todo lo que necesito por ahora.

--

--

Edna Montes
Edna Montes

Written by Edna Montes

Escritora, periodista, friki irredenta, adorkable y eterna aprendiz de sommelier con una pluma tan filosa como su espada. Accidente esperando a suceder.

No responses yet