[8/52] ¡Hey, bájate!

Edna Montes
2 min readMar 1, 2021

By Henry Fuseli — wartburg.eduimage, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=1170857

Mamá (o quizá fue Abuela) dijo que se me había subido el muerto. Entonces, el miedo de la noche anterior se volvió curiosidad. ¿Por qué un muerto cualquiera iba por ahí molestando a una niña pequeña? ¿Era como el fantasma ese que iba poniendo manchas de sangre verdes o amarillas del libro que acababa de leer? Pasé días haciendo teorías: a la mejor me confundía con otra niña o se había perdido. Me pregunté si el muerto me dejaría en paz si le gritaba «¡Hey, bájate!» como mi mamá le gritaba a nuestro gato de entonces, Michel, cuando se subía a la mesa. El problema era que no podía gritar, ni hacer nada. Una de mis compañeras de la escuela me dijo que una «rezaba» para quitarse al muerto de encima. Pero en casa no éramos religiosos y yo no sabía exactamente cómo era eso de rezar. Mi abuelo, como buen norteño, me dijo que nada de rezar ni sutilezas: uno le decía groserías a los espíritus para que dejaran de «chingar» (y mi abuela desde la cocina: «Andrés, no chingues, no le enseñes groserías a la niña»).

Nada fue muy eficaz, los muertos se me siguen subiendo. En algunos periodos con más frecuencia que en otros. No sé si es el mismo o se toman turnos. Pero tampoco es que nuestra interacción se preste a charlar o hacernos amigos. La parálisis del sueño es aterradora. A veces presumo que ya me acostumbré a eso y los terrores nocturnos; lo que en realidad quiero decir es que me resigné. Nunca sé cuándo pasará de nuevo, sólo que si llevo bien mi terapia, evito el estrés y trato de tener ritmos de sueño estables (algo bastante complicado para alguien depresiva-ansiosa con tendencia al insomnio como yo) logro posponer las visitas de aquel ente misterioso al que le encanta oprimirme el pecho, inmovilizarme y aterrarme. De poder, lo cambiaría por alguno que dejara estratégicas manchas de óleo en alguna habitación de mi casa. Como eso no está en mis manos, tomo melatonina con regularidad. Me trago la píldora como si fuera otra de esas interrogantes sin respuesta con las que ya me acostumbré a vivir.

Sign up to discover human stories that deepen your understanding of the world.

Free

Distraction-free reading. No ads.

Organize your knowledge with lists and highlights.

Tell your story. Find your audience.

Membership

Read member-only stories

Support writers you read most

Earn money for your writing

Listen to audio narrations

Read offline with the Medium app

Edna Montes
Edna Montes

Written by Edna Montes

Escritora, periodista, friki irredenta, adorkable y eterna aprendiz de sommelier con una pluma tan filosa como su espada. Accidente esperando a suceder.

No responses yet

Write a response